Escoger un buen armazón es básico, por lo que debemos prestar especial atención a lo que queremos lograr, es decir, si lo que nos interesa es acentuar o disimular nuestras facciones,
por ejemplo, los que son fabricados en metal son más discretos y realzan mucho más los rasgos, mientras que los de pasta son más gruesos y los esconden; cuanto más grueso sea el armazón, más se nota y endurecen
nuestras facciones. Si queremos suavizar
una expresión, lo más conveniente es elegir armazones finos y de colores suaves.