Bradford siempre se interesó por la salud mental, por lo que estudió y practicó la psicoterapia en Bristol y en Londres mientras desarrollaba su carrera artística como escultor, en principio enfocada hacia el arte público. Fue en esta época cuando creó una serie de más de 40 esculturas pirotécnicas y otro tipo de obra interactiva. Sus obras incluyen todo tipo de fuentes de inspiración: desde conceptos psicoterapeutas hasta la cultura o el clima; la estética y los estilos; experimentos físicos sobre la materia y las cosas. Personas o miembros de diferentes especies; el mundo sintético o el natural y, en realidad, cualquier cosa: fuego, pintura, y toda clase de objetos del pasado y el presente. En el 2004, Bradford empezó a experimentar con una serie de esculturas que utilizaban juguetes de plástico como material principal: Durante mucho tiempo he preferido utilizar materiales con historia, con uso, y no materiales sosos o convencionales. Un día me puse a revisar una caja con los juguetes viejos de mis hijos, coincidentemente guardada en mi estudio, y formaban una azarosa colección de formas y colores. Pensé que si podría encontrar un modo de unirlas para crear una forma más grande, podría crear una escultura de gran formato con mucho potencial —explica el artista—. Estas piezas trabajan en mucho niveles. Los juguetes me interesan como mini esculturas creadas por artistas anónimos. Provén de interesantes detalles a la superficie total de la obra y le aportan historia (propia, y de los usos y modas), que nos habla de los significados pasajeros y luego olvidados. La obra de Robert Bradford se ha exhibido ampliamente en colecciones públicas o privadas tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. |